Un paraíso llamado Asturias

Entre el verde de sus montañas, la simpatía de su gente y la vida que brota por los ríos y playas que bañan sus costas, descubrimos a Asturias, una región llena de encanto en cada uno de sus rincones.
Desde que uno empieza a aproximarse a esta tierra enclavada en el norte de España, el verde se convierte en protagonista con su exuberante vegetación, que acompaña a las agradables temperaturas y espectaculares cumbres que dan la cordial bienvenida al visitante.
Uno de los grandes atractivos turísticos de la región, lo constituye sin duda un extenso territorio montañés coronado de grandes cimas, dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, donde abunda la más variada fauna, flora e hidrografía compartidas entre las comunidades autónomas de Cantabria y Castilla y León.
Los Lagos de Covadonga constituyen una opción obligada al visitar Asturias. El acceder a través de unas carreteras de vértigo no amilana a los miles de turistas que cada día llegan hasta allí con tal de ver la belleza natural de los lagos Ercina y Enol y por cuyo recorrido no es raro compartir el paseo con las vacas que al andar nos deleitan con la música que sale de sus cencerros.
Para quienes gustan del senderismo, Asturias cuenta con varias rutas que los caminantes pueden elegir de acuerdo a sus intereses, siendo la que atraviesa el río Cares, una de las más emocionantes, al recorrer 12 kilómetros en medio de la montaña teniendo como compañero permanente el frío cauce del afluente.
Descender en piragua por el río Sella o disfrutar de las hermosas playas con que la naturaleza ha bendecido a las costas cantábricas no puede pasarse por alto durante su estancia.
Oviedo como capital de la región, ofrece una hermosa arquitectura expresada en sus edificios, iglesias y museos, limpieza en sus calles y amabilidad de su gente.
Otros pueblos con encanto son Ribadesella, Potes y Cangas de Onís, cada uno con su indudable atractivo y por cuyas calles pareciera escaparse el tiempo.
Si de comer se trata, la gastronomía asturiana es una de las más afamadas de España ya sea por su típica fabada y cocidos o los casi 50 tipos de queso que allí se fabrican siendo el cabrales uno de los mas conocidos. Las carnes a la brasa, embutidos como el chorizo, morcilla también son muy demandados por los comensales que por lo general suelen acompañar su plato con la rica sidra elaborada en base a manzana.
El servir la sidra es todo un arte, cuyo secreto se encuentra en tirarla desde lo alto para así eliminar el aire que haya podido adquirir durante el proceso de embotellamiento y adquiera así el sabor y el olor característico. Es lo que se conoce como escanciar la sidra y de la cual se sirve sólo un “culín” que es poco menos del tercio en un vaso.
En definitiva, Asturias es el lugar perfecto para permanecer unos días en contacto con la naturaleza, ejercitar el cuerpo con sus rutas y actividades deportivas, disfrutar de una buena comida y respirar el aire fresco del Cantábrico.

Coleccionista de canciones

Que lindo es expresar los sentimientos a través de la música. Esas letras que adornan las melodías y que tantas veces coinciden con lo que sentimos en determinados momentos de nuestra vida.
Los latinoamericanos estamos acostumbrados a enamorarnos con canciones, a dedicar esos temas con los que nos identificamos al ser amado. Nuestras canciones suelen ser una permanente declaración de amor, otras veces declaran el despecho y dolor, pero la mayoría de las veces son inspiraciones que sencillamente invitan al amor.
Cuando se dedica una canción se intenta halagar a la pareja, decirle cuánto la queremos, no se intenta empalagarla como una vez escuché por ahí. Y es que inexplicablemente, mucha gente no tiene la sensibilidad para dejarse tocar por el lenguaje de una canción.
Yo me declaro abiertamente como una coleccionista de canciones, me transporto a través de esas melodías, a los sueños e ilusiones, a mi deseo de compartir la vida entera con la persona que quiero y así sin mas me convierto en protagonista de esas maravillosas historias de amor.