viernes, 1 de noviembre de 2013

El dìa que te conocì

Recuerdo que fue un jueves a eso de las 10:00 de la mañana cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez. Sin embargo, desde la noche anterior llovían los comentarios favorables sobre ti y lo bello que eras. Estaba ansiosa por comprobar si todo aquello era cierto. Mi corazón no paraba de latir contando las horas para que amaneciera y se produjera nuestro formal encuentro. Cabe decir que pasé toda la madrugada imaginándote, hablando de ti... Por fin llegó el momento que tantas veces imaginé durante nueve meses, y aunque para nuestra presentación no me encontraba en perfecto estado de salud, al ver tu cara se calmaron mis dolores y de mis labios brotó una sonrisa al contemplarte. Eras tan pequeño, tan perfecto, tan tierno, que sólo atiné a besarte y a cubrirte con un abrazo cuidando no hacerte daño. Mi Manuel, por fin te tenìa entre mis brazos. Han transcurrido dos meses y tres semanas de tu llegada a nuestras vidas llenando nuestra casa de alegría y felicidad. Tu padre y yo casi hemos superado los incómodos trasnoches, conocemos las razones de tu llanto y el color de tu sonrisa. También conocemos tu voz a través de tus gritos y graciosos gorjeos. Disfruto cada vez que te sujetas de mi blusa y te aprietas fuerte contra mi pecho buscando que mis brazos te sostengan con firmeza. Me llena de orgullo y satisfacción cada vez que alguien admira tu fortaleza, al saber que sigo siendo la responsable de alimentarte y cuidarte pues gracias a Dios puedo decir que domino a la perfección el arte de amamantar, tras superar días difíciles y sufrimiento físico. Continúo aprendiendo de ti, hijo, y cada vez me maravillo al ver cómo evolucionas y descubres el mundo que te rodea. Eres el amor más sincero, limpio y noble que ha surgido dentro de mí desde que supe de tu existencia. Te amo.

viernes, 26 de julio de 2013

Ya queda poquito

Ya nos queda menos, querido Manuel. Han transcurrido 37 semanas desde que decidiste instalarte en mi pancita y darme tantos motivos para estar agradecida con la vida. Gracias a Dios, todo el proceso ha marchado bien. Eres un bebé sano, fuerte, y a juzgar por una de las sonografías que te hicieron donde apareces sonriendo, eres un niño feliz. A partir de hoy me iré a descansar. Tengo los pies hinchados y me cuesta mucho caminar. No sabes cuánto te quiero, me muero de ganas por abrazarte y darte muchos besitos. En el trabajo también te dan mucho cariño, te han sobado más que a un pan. Te diré que estos últimos días han sido un poco molestos. Nos levantamos muchas veces a hacer pipí, no encontramos una posición cómoda para dormir y el calor es insoportable. jejej lo del calor lo siento yo sola, porque seguro tú en tu burbujita estarás fresco. Ayer fuimos a ver al doctor, y nos contó que tu llegada está prevista entre el 1 al 16 de agosto. Ya tenemos todo listo para cuando quieras venir...digo, todavía falta terminar de "amarrar" tu cuna y tu bañera. Por lo demás no hay problemas. Nada, te dejo que tengo hambre...supongo que tú también. Hace par de horas que no cae nada rico por ahí :) Un beso, mi corazoncito.

viernes, 17 de mayo de 2013

Las 27 semanas de Manuel

Hola, Manuel. Ya tienes 27 semanas jugueteando en mi barriga. Todos los que te ven dicen que serás un niño grande y hermoso. Te dan besos, te tocan y te dicen cosas lindas. Se siente tan bonito saber que eres un bebé amado y esperado. Te cuento que tu papá y yo, ya comenzamos a comprar tus cosas (tu cochecito, tu cargador, tus biberones, tu corral y tus sabanitas). Todavía nos falta tu cuna y un montón de cosas más que vas a necesitar cuando salgas del cálido vientre de mamá. Algunas personas que te quieren mucho te han regalado ropita, como tu abuelita Iris y tu tía Helen. Si vieras mis pies pensarías que se trata de dos panes por lo hinchados que están. Es que he ganado mucho peso en estos últimos meses (150 libras. ¡Auxilio!). No he parado de comer, tú más que nadie lo sabes :) Te daría más risa si vieras mi ombligo. Ha brotado como una bolita de piel, como cuando era una niña, que de tanto chupar el biberón vacío creció y mis papás tuvieron que ponerme un chele con teipi para que se me bajara. El resto de mi cuerpo está normal, incluso mis senos. Siguen igual de diminutos como siempre, lo cual me hace dudar si podré amamantarte. Mis amigas dicen que el tamaño no importa y espero que sea cierto porque quiero que sigas alimentándote de mí hasta donde sea posible y mantengamos esa conexión tan bonita como la que tenemos hasta ahora. Conforme pasan los días pienso más en el momento en que vaya a dar a luz. Siento un poco de miedo, no te lo voy a negar, pero confío en Dios en que todo saldrá bien. Ya me pusieron mi primera vacuna para protegerte del tétanos y dentro de tres semanas volveremos al doctor para verificar que estás bien. En ese momento tendrás 30 semanas y faltará menos para el gran día de abrazarte y llenarte de besitos. Te quiero.

lunes, 15 de abril de 2013

Golpes de vida

No me considero masoquista pero me encanta sentir cómo me golpeas. Cómo desatas tu débil fuerza en mi ovalado vientre y rompes mi tranquilidad. Me encanta escuchar y palpar tus movimientos cuando te deslizas dentro de mí. Eres un travieso. No hay dudas. Cuando estoy triste por cualquier motivo me haces saber que estás ahí, conmigo. No puedo evitar sonreír cuando de manera violenta irrumpes con tus manitas y pies y me haces sentir tu presencia. Eres mi regalo. Mi bendición. No hay un día en que no piense en ti y en tu llegada. Te quiero desde el momento en que supe de tu existencia. ¿Cómo no quererte si eres el fruto del amor entre tu padre y yo?. ¿Sabes? A veces tengo miedo de no estar a la altura y no llegar a ser una buena madre para ti. Quiero consentirte, amarte y educarte con esmero para que seas un buen hombre. Sólo eso le pido a Dios. Hace cinco meses y algunas semanas que te llevo a todos lados en mi vientre, cual si fuera un pasajero alegre y juguetón. Cada cierto tiempo el doctor manda a que te haga unas "fotografías" donde todavía no logro descifrar tu rostro. Es que todavía eres muy pequeño. Sólo puedo escuchar claramente tu acelerado corazoncito y te veo moverte como un pez en sus aguas. Será tu casa hasta que decidas salir a acompañarnos. Otra cosa. Ya tienes nombre. Te llamarás Manuel, en honor a tu abuelo paterno. Tu papi dice que fue un hombre muy bueno y noble a quien quiso mucho. Te imagino como un pequeño ángel que llegó como la mejor de las sorpresas de Dios. Te quiero hijo

Mis libros preferidos

  • 11 Minutos, Paulo Coelho
  • El Oro y la Paz, Juan Bosch
  • El Perfume, Patrick Suskind
  • Paula, Isabel Allende