Pensaba que la época de estudiar había pasado para mí, que los cuadernos y los apuntes eran cosa del pasado y que había superado con éxito la temporada académica.
Me equivoqué una vez mas y creo que para bien, pues una vez mas estoy matriculada en un módulo de educación superior.
En poco menos de un mes de clases me he dado cuenta de que mientras mas uno piensa que sabe, es cuando realmente descubre su ignorancia en tantos ámbitos de la vida.
Y es que el camino del conocimiento es ilimitado para aquel que se interna por sus laberintos.
Después de haber hecho una carrera y un máster y haber tenido una vida profesional relativamente activa, ahora comparto aula con chicos de entre 18 y 20 años que salen del bachillerato con muchas ganas de aprender, igual que yo en su momento.
Me sorprende su madurez, su fluidez al expresar sus puntos de vista, sus conocimientos, pese a que la educación en España no es muy bien valorada con respecto a los demás países de Europa, a mi me es imposible no entrar en comparaciones con la precaria educación y realidad de mi país.
Me apena saber que los jóvenes dominicanos de escasos recursos no tienen la opción de tener una formación profesional o técnica de calidad a menos que puedan pagarla.
Que cada día la delincuencia aumenta por la irresponsabilidad de los políticos que no aúnan esfuerzos para invertir y mejorar nuestro sistema educativo, que es donde se sientan las bases para el desarrollo de una nación.
Me avergüenza que muchos de los egresados de las universidades no tienen una formación adecuada para competir en un mercado cada vez mas competitivo, por las debilidades de un sistema infuncional que tampoco prevé las carreras que demanda la sociedad.
Pero en vez de pensar en lo mucho que nos falta como país para salir del hoyo, prefiero pensar que tarde o temprano esa realidad cambiará y que algún día tendremos una realidad distinta.
Mientras tanto, yo me preparo para la clase, que ya es hora!
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