sábado, 30 de enero de 2010

Una dosis de optimismo


Al hilo de mi entrada anterior, a través de la historia se ha demostrado que de las crisis salen grandes transformaciones, surgen soluciones a problemas y suele renacer la esperanza.
Al parecer, después de pasar por situaciones extremas las personas salen fortalecidas, se dan cuenta de que siempre hay una razón para recomenzar pues no hay elección, la vida debe continuar.
No puedo evitar pensar en la tragedia acontecida en Haití, en lo que significa sumar esta catástrofe a la ya precaria existencia de nuestros vecinos. En las miles de familias a las que la muerte abrazó sin piedad. Ningún calificativo podría definir la magnitud de lo ocurrido.
Sin embargo, comentaba con un amigo que tras el desastre, los ojos del mundo se han vuelto hasta el país mas pobre de América para darle una mano.
La comunidad internacional por fin advierte la presencia de Haití en el mapa de la pobreza e intenta ayudar a reconstruir un Estado sin recursos ni medios que garanticen en lo mas mínimo la vida a sus ciudadanos.
De esta crisis humanitaria ha salido un hermoso ejemplo de solidaridad y podría servir para sentar las bases para organizar un país que ha sufrido la miseria y la corrupción de sus gobernantes en carne viva.
Si de esta gran tragedia pueden salir soluciones y se vislumbran posibilidades de cambio, cuanto mas de nimiedades como las que nos ocurren a diario, que no tienen nivel de comparación cuando las ponemos al lado de quien lo ha perdido todo, incluyendo la vida de un familiar.
Es necesaria una dosis de optimismo y una inyección de esperanza ante la dificultad pues sencillamente la vida debe continuar.

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Mis libros preferidos

  • 11 Minutos, Paulo Coelho
  • El Oro y la Paz, Juan Bosch
  • El Perfume, Patrick Suskind
  • Paula, Isabel Allende