Retomando donde lo dejamos la última vez, decía que la llegada de la primavera es sinónimo de colorido, esplendor y frescura.
Pues bien, contando 25 días del mes de mayo, nos encontramos a mitad de la mencionada estación y ahora nos encaminamos al verano. Cada día anuncia la llegada del calor estival y no sólo eso, sino a las tan ansiadas y merecidas vacaciones.
En el caso particular, hacía mucho tiempo que no esperaba con tanta ilusión unos días de descanso y relax.
Después de 8 meses de una intensa jornada como estudiante, solo comparada a mis días universitarios, principalmente aquellos en los que tuve que hacer mi tesis de grado, he llegado felizmente al final de la primera parte de mi curso de Producción de Audiovisuales.
Estoy contenta y satisfecha con los resultados de mi esfuerzo, léase, viajar hora y media de lunes a viernes para llegar a mi centro de estudios, pasarme horas estudiando y haciendo prácticas de curso, horas de sueño, el inestimable y sacrificado apoyo de mis padres, por fin llego a mitad del camino.
Para concluir el ciclo formativo debo cursar 8 meses mas de estudios, ahora enfocados a televisión y teatro, pero bueno, no pensemos en eso ahora, eso será en septiembre.
Aprovecho para agradecer a Dios esta oportunidad de poder complementar mi formación con conocimientos frescos y actuales y espero ponerlos en práctica muy pronto.
Hoy mas que nunca reconozco que todo lo que merece la pena en la vida cuesta un sacrificio que hay que pagar y que al final se siente la satisfacción del deber cumplido.
Ahora, me merezco unas ricas vacaciones.
Lo que mas anhelo es ir a mi adorada tierra con mis seres queridos. Descansar al abrigo de mis padres, disfrutar de mis sobrinos, mis amigos, del mar. Bailar un buen merengue, la comida de mi madre, un paseíto en voladora no se puede quedar. Disfrutar de la vida sencilla y alegre que solo me brinda mi país, mi República Dominicana.
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