martes, 26 de junio de 2012

La vida ya no vale

El pueblo dominicano ha ido perdiendo la sensibilidad que le caracterizaba y que le hacía arrimar el hombro ante el dolor ajeno. La última y más remota salida ante una diferencia personal o una necesidad económica era la muerte. Sin embargo, desde hace unos años esa realidad ha cambiado. Quizás una de las causas, pero no la más importante, sea la gran cantidad de armas de fuego en manos de la población civil, que ante la creciente inseguridad ha tenido que hacerse cargo de su propia defensa personal. Más de 200 mil se encuentran registradas de manera legal en los archivos del Ministerio de Interior y Policía. El dominicano ha cambiado la cultura de la tolerancia por la irracionalidad que obnubila, y termina por arrebatarle la vida a un semejante por cuestiones tan simples como un estacionamiento de vehículo, una deuda de cien pesos o un celular. La solución ante cualquier discusión o malentendido es un disparo. Pero las causas del estado de irritación que atrapa a cada vez más ciudadanos, no sólo tienen que ver con las armas, sino que está estrechamente ligado a la desigualdad económica y social que vulnera sus derechos más elementales. En nuestro país, el 60 por ciento de la población es pobre, según el estudio Latinobarómetro para 2011, lo que significa que a más de la mitad de los quisqueyanos se les hace difícil llevarse a la boca un plato de comida o tener un cuarto de hospital digno en caso de enfermarse. Es tan simple como que la pobreza es hermana de la violencia, pues para un ciudadano que no tiene asegurados el pan o la salud, la vida es lo de menos. No se le deja otra salida que enrolarse a las filas de la desesperanza y terminar abrazado a la delincuencia. El otro elemento que va ligado a la pobreza y la desigualdad es la educación, pues la inversión en este sector por parte del Estado es muy baja, aunque hay promesas de aumentarla.

1 comentarios:

Frank Llenas Patiño dijo...

Maria Teresa, imaginate entonces como pedirle a un pueblo con 60% de pobreza que actue racionalmente al presentarle el problems de la immigracion haitiana?

No estoy tomando posicion en ese debate. Solo deseo poner en perspectiva la idea de que siendo un país pobre, paises ricos quieren que actuemos como ellos.

Donde come uno, seguro que pueden comer dos, pero porque tiempo antes que uno o los dos mueran de hambre?

Preguntas, preguntas....

Frank Llenas Patiño.

Mis libros preferidos

  • 11 Minutos, Paulo Coelho
  • El Oro y la Paz, Juan Bosch
  • El Perfume, Patrick Suskind
  • Paula, Isabel Allende