martes, 5 de abril de 2011

Esos días


Esos días en los que la naturaleza nos pone más sensibles de la cuenta, irritables por demás, cualquier palabrita, un recuerdo que de repente llegue a nuestra memoria o cualquier nimiedad sin aparente importancia pueden hacer que las lágrimas aparezcan para lavar nuestras pupilas.

Es lo que justamente me sucedió esta tarde mientras esperaba el autobús en las inmediaciones de Canal Sur Televisión de regreso a casa.

Durante la larga espera de cerca de media hora me puse a pensar y analizar mi vida. Asomaron a la ventana del recuerdo desilusiones amorosas, fracasos, sinsabores, decepciones y otras yerbas de la misma especie.

Tal mezcolanza de sentimientos vino acompañada de dos amigas cómplices e inseparables, la tristeza y la melancolía para acabar de rematar la tarde cuyo cielo se pintaba de gris a tono con lo que estaba sintiendo en ese momento.

Siempre me ha dado mucha vergüenza llorar en público y como en un impulso para reprimir las lágrimas, eché mano de mi pequeña libreta y empecé a escribirme palabras sin sentido que de repente se convirtieron en palabras de ánimo. Así, me repetía una y otra vez lo mucho que valgo. Me dije en aquel papel que nada ni nadie deberían robarle sonrisas a mi rostro ni alterar mi felicidad.

Este pequeño ejercicio surtió el efecto esperado. A los pocos minutos abordaba el autobús de mejor ánimo.

0 comentarios:

Mis libros preferidos

  • 11 Minutos, Paulo Coelho
  • El Oro y la Paz, Juan Bosch
  • El Perfume, Patrick Suskind
  • Paula, Isabel Allende