
La duda y la indecisión son enemigos que te impiden avanzar, que te hacen ver fantasmas donde sólo hay oportunidades por conquistar.
Cuando temes a tomar una decisión es porque no quieres dejar la posición de comodidad sobre la que has cimentado una supuesta estabilidad. Sabes que se avecinan cambios y nuevos retos, los cuales son necesarios para tu vida porque te van a permitir mirar nuevos horizontes y descubrir otros aires, quizás más placenteros que los que actualmente respiras.
Es muy importante tener la certeza y la confianza en que saldrás adelante, que pese a las dificultades que nunca faltan en nuestro camino, podrás tener la fuerza suficiente para detenerte y apartar las piedras que obstruyen tu sendero.
Cuando tienes claridad mental para saber lo que quieres, puedes plantar cara a la vida con optimismo y dejarle bien claro que sabes a donde vas y que estas dispuesto a conquistar la cima de tu montaña.
Cuando tienes esta lección aprendida, todo fluye con naturalidad y el viento te va empujando hacia lo que tanto has soñado.
Analiza tu situación actual y en base a las conclusiones a las que llegues, orienta tu brújula siempre bajo la dirección de Dios y ella te llevará hacia donde quieras llegar.
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